El Afuera

Nuestro movimiento se constituyó en el año 1998; proviene de años de trabajo feminista y, por supuesto, de la resistencia milenaria de las mujeres. Los movimientos sociales tienen un carácter demandante y amébico; el sistema vigente los funcionaliza según sus necesidades e intereses. El feminismo no es la excepción: el feminismo está tomado. En este contexto, repensar y rediseñar los movimientos sociales, implica poner en jaque nuestras concepciones tradicionales del hacer política y del lugar desde donde se piensa la sociedad.

El Movimiento Rebelde del Afuera (MRA) se reconoce en una historia de mujeres, feministas, pensantes y radicales, que rechazan la complicidad con el orden simbólico/valórico de la masculinidad-feminidad. Para mantener ideas y un proyecto cultural propios, profundizar las críticas, salirnos de la lógica de dominio e ir construyendo y experimentando una civilización distinta, es necesario transitar a un lugar de desprendimiento, AFUERA, de la masculinidad dominante y todas sus instituciones.

El MRA es un pensamiento político y filosófico, crítico y de cambio profundo. No responde a las temáticas que va planteando el ‘patriarcado’, sino por el contrario, responde a los propios objetivos y necesidades de cambio civilizatorio, sin guiarse por la lógica de las urgencias del sistema, que lo perpetúa. El MRA se preocupa de que cada mujer que entra como actuante,tenga acceso a toda la información existente sobre las mujeres, conozca nuestra historia y desarrolle la creatividad y conciencia para hacer su propia reflexión, adquiriendo el convencimiento de no negociarse ni negociar al MRA.

Ejercer la capacidad de pensar juntas,conocer e inventar una historia propia, con nombres y apellidos, y constituir nuestra dimensión política en una actuancia concreta, dándole una continuidad histórica a lo que fueron los talleres de toma de conciencia, donde el feminismo creó sus saberes, independizándose del conocimiento “establecido”, son parte de nuestros objetivos. El Afuera intenta construir un polo de referencia consistente, que contenga una propuesta civilizatoria, basada en el respeto a las personas, a los animales y a la naturaleza (no en el amor). Este ‘polo de referencia’ ha de ser atractivo y provocador para aquéllas dispuestas a desprenderse de la cultura vigente, y sus nichos de acomodación, cada vez más deshumanizada. Hemos elaborado señales, pistas, huellas, para saber transitar por el Afuera. La propuesta es creativa, apela al ejercicio de nuestras capacidades no condicionadas, al ensayo de otras maneras de relación y al estar expresadas, asumiendo riesgos y libertades, en lo ‘íntimo, privado y público’, sin fórmulas ni esencialismos.

Una se puede considerar Afuera, cuando se es capaz de cuestionar y revisar TODO, sin lugares sagrados e intocables. Cuando se tiene la libertad de cuestionar las religiones, sus dogmas y sus libros sagrados, la ciencia, la historia, la filosofía, los partidos políticos, los ritos y costumbres, la medicina, la moral, los amigos, la pareja, la familia, los Nietzche, Marx, Derrida, Foucault, etc., TODO; sin lugar sagrado para esta mirada, descubriendo nuestros escondites y nichos… Mirar desde Afuera tiene que ver con la LIBERTAD (“Mirar desde Afuera… y ver” en Julia quiero que seas feliz, Pisano, Margarita. Surada, Santiago de Chile).